Cómo tratar la gastroenteritis

Cómo tratar la gastroenteritis

La gastroenteritis se aplica a los síndromes que incluyen diarrea y/o vómitos. También conocida como gripe estomacal, es una de las enfermedades más comunes en niños sobre todo en menores de 5 años y en adultos.

La diarrea se define como tres o más deposiciones sueltas en un periodo de 24 horas y se considera aguda cuando dura más o menos unos 14 días, y persistente cuando la duración va más allá de los 14 días.

Esta enfermedad puede producirse debido a un virus (rotavirus, norovirus, coronavirus, astrovirus y adenovirus), a bacterias, e incluso por el consumo de alimentos en mal estado o contaminados.

Al contagiarse de gastroenteritis, es posible que antes de la aparición de los síntomas note que esta fatigado y sin apetito, además de notar dolor abdominal. En muchas ocasiones suelen aparecer fiebre, dolor muscular y sudoración.

La diarrea es una de las causas principales de mortalidad y morbilidad en niños. Según la OMS, las enfermedades diarreicas son la segunda causa de muerte de niños menores de cinco años, produciendo la muerte de 525.000 niños menores de cinco años cada año. En todo el mundo, se producen unos 1.700 millones de casos de enfermedades diarreicas infantiles cada año. Además, es una de las principales causas de malnutrición de niños menores de cinco años. Una proporción significativa de las enfermedades diarreicas, se puede prevenir mediante el acceso al agua potable y a servicios adecuados de saneamiento e higiene.

La mayoría de las gastroenteritis diagnosticadas son debidas a bacterias y virus. Los síntomas se resuelven por lo general en unos 7 días. No es necesario un estudio microbiológico a menos que la enfermedad revise más gravedad o forme parte de un brote.

Normalmente se transmiten de forma fecal- oral, por contacto interpersonal o por ingestión de agua o alimentos contaminados, aunque existen alguno virus como los adenovirus que se pueden transmitir por vía aérea.

No existe un tratamiento específico para las gastroenteritis. En caso de padecerla es importante mantener el aporte de líquidos y electrolitos para reponer las pérdidas que se producen a nivel del intestino debido a las diarreas y/o vómitos, mediante la toma de suero de rehidratación. Dependiendo del que escoja, su farmacéutico le dirá la administración, así como los consejos ya que no suelen tener un sabor agradable para los niños, por eso siempre lo recomiendan tomarlo bien frio. No es adecuado e incluso puede llegar a ser peligroso la sustitución de suero por bebidas como las isotónicas dado que su composición es inadecuada.

Hay ocasiones en las que el enfermo no consigue reponerse puesto a que no tolera los fluidos por vía oral. En este momento será en el que tenga que acudir al hospital para que le pongan tratamiento por vía intravenosa o sonda nasogástrica. Medicamentos como el ondansetron se emplean cuando se presentan vómitos frecuentes e intensos.

Existe una amplia evidencia científica que documenta de la eficacia de cepas probióticas en procesos agudos del aparato digestivo siendo su principal beneficio digerir alimentos y competir con las bacterias patógenas por los nutrientes, alterar el pH local creando un ambiente local desfavorable para los patógenos y evitar su crecimiento y reforzar la barrera intestinal.

Los probióticos son eficaces y seguros, sobretodo en diarreas agudas ocasionadas por gastroenteritis víricas, más que en las diarreas por bacterias o parásitos. Los que han demostrado más eficacia en el tratamiento de la diarrea son L. rhamnosus, S. boulardii, Lactococcus lactis y en la prevención de la diarrea aguda son S. boulardii, L Rhamnosus GG, B. lactis y Str thermophilus. El probiótico reduce la duración de los síntomas cuando la diarrea ya está establecida y previene su aparición cuando existe un contacto con alguien que haya presentado una diarrea aguda vírica.

Por último, hay casos en lo que puede ser necesario algún fármaco para incrementar la reabsorción de agua a nivel del colon, o antibióticos en el caso de que la gastroenteritis sea bacteriana.

El uso de antibióticos sin prescripción médica es contraproducente e incluso peligroso para su salud, por este motivo siempre puede recurrir a probióticos que su farmacéutico le dispensara en el caso que sea necesario.

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