En los últimos años los proteoglicanos se han convertido en los verdaderos reyes de los cosméticos faciales ya que quien los prueba, y podemos dar fe en nuestra farmacia en Algemesí, aseguran que sus efectos se ven desde las primeras semanas.

Pero muchos podéis pensar que son productos milagro o que actúan como un mago en nuestra piel. Nada más lejos de la realidad.

Existe una explicación científica que vamos a intentar explicaros sin entrar en especificidades médicas.

Qué son los proteoglicanos

Los proteoglicanos son estructuras celulares que hacen de nexo entre las células. Dicho de otra manera. Los proteoglicanos son como un puente que conecta las dos orillas de un río y en ambas se sitúan las células.

Los años hace que, obviamente, el puente se estropee y necesite una reparación. Para ello están los proteoglicanos, para volver a construir el puente viejo y hacer que la actividad celular sea fluida.

Propiedades de los proteoglicanos

Sus campos de actuación se pueden dividir en tres:

Hidratación. Los proteoglicanos ayudan a cubrir de agua las distancias entre células, consiguiendo así aumentar la hidratación de la piel y, por tanto, aportar luminosidad.

Conexión entre elementos. Los proteoglicanos se asocian con minerales y vitaminas como el colágeno, el ácido hialurónico, la vitamina C o el magnesio consiguiendo que el organismo genere mayor cantidad de manera natural.

Suavidad. Al conectar las células, también facilita la entrada y salida de elementos, ayudando así a la actividad y regeneración celular y esto, traducido en un lenguaje que entendemos todos, se transforma en una piel suave y limpia.